sábado 7, junio 2025
Tecnología

Cómo descubrir qué sabe de ti ChatGPT: puede ser mucho más de lo que crees

¿Te has parado a pensar qué sabe de ti la inteligencia artificial, especialmente si le hablas a diario? ¿Cuántas veces le contaste tu nombre, tus intereses o tu trabajo sin sospechar que eso quedaría almacenado en alguna parte? La nueva función de «memoria con referencia» de ChatGPT, anunciada por OpenAI esta semana, no solo hace esa pregunta relevante. La convierte en inevitable.

ChatGPT ya contaba con memoria con las interacciones que tenía con cada usuario, pero ahora además la referenciará de forma mucho más evidente, lo cual deja más visible qué sabe de nosotros.

OpenAI ha comenzado a implementar esta nueva función de memoria en ChatGPT llamada «referencia de recuerdos guardados». Esta característica permitirá que el chatbot recuerde datos personales del usuario a lo largo del tiempo, adaptando sus respuestas con base en interacciones anteriores. Su caso de uso más evidente es que aludirá en una conversación de forma más directa de donde saca la información personal que tiene en su memoria.

La herramienta estará disponible primero para suscriptores de ChatGPT Plus y Pro. Los usuarios podrán revisar, gestionar o desactivar estos recuerdos desde la configuración, como se permitía hasta ahora. Y también seguirá habilitada la opción de chats temporales sin memoria.

Cómo revisar qué sabe de ti ChatGPT

Lo que antes era un asistente conversacional que olvidaba cada charla al cerrarse la ventana, ahora se transforma en una especie de diario digital en construcción. ChatGPT ya puede recordar tus preferencias, tu estilo de escritura, incluso el nombre de tu mascota. Y lo hace automáticamente, sin necesidad de que se lo pidas.

Para revisar qué sabe de nosotros el chat debemos ir a «configuración», «personalización» y «gestionar memoria».

Ahí podremos ver qué es todo lo que ChatGPT guarda de nosotros en su memoria y borrarlos o editarlos si queremos.

El salto de una conversación a una relación continua

Durante estos dos últimos años, los chatbots vivieron en una especie de presente perpetuo. Cada sesión era un nuevo comienzo. No había pasado, ni contexto, ni memoria. Esa limitación, que muchos asumían como una virtud en términos de privacidad, también restringía el potencial de la interacción. ¿Cómo construir una conversación más profunda si el interlocutor olvida cada detalle tras decir «hasta luego»?

OpenAI responde a esa pregunta con una herramienta que rompe esa barrera. Llamada «referencia de recuerdos guardados», esta nueva capacidad se activa por defecto para los usuarios que previamente permitieron la función de memoria. Según la compañía, el objetivo es que las conversaciones sean «más fluidas y personales». ¿El resultado? Un ChatGPT que aprende de ti y ajusta sus respuestas a medida que lo conoce.

Esto se aplicará tanto al texto como a las respuestas generadas por voz o imagen. La memoria se integrará de forma automática en todas las formas de interacción disponibles. Pero aquí aparece el matiz que cambia la naturaleza de esta relación: ChatGPT recordará incluso sin que se lo pidas explícitamente.

¿Una mejora o una intrusión?

La idea de un asistente que te conoce no es nueva. Google ya introdujo en febrero una función similar en Gemini. Pero lo que diferencia a esta actualización de OpenAI es la percepción pública. Hasta ahora, el usuario tenía que dar una orden concreta para que el chatbot recordara un dato. Ahora, esa frontera se diluye.

Este cambio abre la puerta a beneficios claros. Un usuario frecuente que interactúe con ChatGPT para tareas de trabajo, creación de contenido o aprendizaje personalizado, puede encontrar en la memoria una mejora significativa. El chatbot no solo responderá más rápido, sino que lo hará entendiendo mejor el contexto.

Sin embargo, también surgen preguntas. ¿Cuánto sabe ya ChatGPT sobre ti? ¿Qué tipo de datos considera valiosos para recordar? ¿Quién decide qué se guarda y durante cuánto tiempo? Aunque OpenAI permite revisar los recuerdos guardados desde la configuración y ofrece un modo de «chat temporal» para conversaciones que no se registran, la iniciativa genera inquietud. Algunos usuarios temen que, con cada nueva función, el equilibrio entre utilidad y privacidad se incline demasiado hacia el primero.

Qué recuerda realmente ChatGPT

OpenAI ha introducido herramientas para que los usuarios consulten directamente qué recuerda ChatGPT sobre ellos. Además de la opción de ir a la configuración que ya hemos visto, también basta con escribirle: «¿Qué sabes de mí?» o «¿Qué recuerdas?». La IA responderá listando información como:

  • Tu nombre, si se lo dijiste.
  • Tu ocupación o intereses, si los mencionaste repetidamente.
  • Tus preferencias de estilo (por ejemplo, si prefieres respuestas breves o con ejemplos).
  • Datos personales, como proyectos en los que trabajas o temas frecuentes.

Desde la configuración también puedes eliminar recuerdos concretos o desactivar la función por completo. Pero la existencia misma de esa opción plantea un nuevo escenario: el chatbot deja de ser un instrumento neutral y empieza a ser una entidad que aprende, almacena y actúa según lo aprendido.

Del asistente al perfilador digital

La activación de la memoria lleva a ChatGPT un paso más allá de la asistencia puntual. Lo transforma en algo más parecido a un perfilador digital, una herramienta que va recolectando fragmentos de tu identidad con cada conversación. En ese sentido, recuerda al concepto de los antiguos diarios personales, donde uno escribía para entenderse mejor a sí mismo, con la diferencia de que ahora quien escribe también te lee, interpreta y se ajusta.

La pregunta no es solo qué puede hacer esta memoria por ti, sino qué revela de ti. ¿Estamos preparados para una relación tan íntima con una inteligencia artificial? ¿Deberíamos exigir límites más claros a lo que una IA puede recordar?

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