La Policía Nacional ha detenido este lunes a seis personas a las que se acusa de haber estafado hasta 19 millones de euros usando la Inteligencia Artificial para convencer a inversores de realizar falsas inversiones en criptomonedas.
El organismo ha informado en su página web de la operación, denominada COINBLACK – WENDIMINE y realizada junto a la Guardia Civil, en la que se ha detenido a personas de entre 34 y 57 años, incluida la cabecilla de la organización criminal, que planificaba su huida a Dubái. Las detenciones se han practicado en Granada y Alicante y se acusa a los detenidos de los delitos de estafa, blanqueo de capitales y falsedad documental en organización criminal.
De acuerdo con la información de la Policía, «los ciberdelincuentes captaban a todas sus víctimas a través de anuncios de internet manipulados con IA«. En concreto, detalla el organismo, «engañaban a las víctimas para que realizaran inversiones con criptomonedas en productos supuestamente muy rentables«.
La investigación comenzó hace dos años, cuando una persona denunció la pérdida de 624.000 euros en una estafa. Desde ese momento, las pesquisas discurrieron por dos caminos: la investigación de los delitos de estafa y otra que perseguía delitos de falsedad documental.
Así funcionaba la estafa
La Policía explica que, en una primera fase, se captaba a posibles víctimas con anuncios en Internet que se dirigían «a aquellas personas cuyo perfil encajaba en lo que los ciberdelincuentes buscaban» seleccionadas por algoritmos.
Estas personas seleccionadas recibían publicidad online de inversiones en criptomonedas «con una alta rentabilidad y nula posibilidad de pérdida patrimonial» que después resultaban ser una estafa.
«Con ayuda de la Inteligencia Artificial los estafadores simulaban anuncios en los que se podía ver y oír a un gran número de personalidades de ámbito nacional aconsejar invertir dinero en ese tipo de producto, lo que hacía que las víctimas confiasen mucho más en la seguridad y rentabilidad de la inversión», resume el cuerpo.
Tras la primera inversión, que solía ser de una pequeña cuantía, los estafados recibían rápidamente sus beneficios y se dejaban guiar por los delincuentes para repetir inversiones, esta vez de mayor cantidad. «Cuando las víctimas decidían retirar el dinero que habían invertido, comenzaban las trabas e impedimentos, momento en el que se daban cuenta de que habían sido estafadas», explica la nota de la Policía.
Una estafa que nunca acababa
El modus operandi de los delincuentes era complejísimo y la estafa no acababa ahí. Así, informa, la Policía, «pasado un tiempo los ciberdelincuentes volvían a contactar con las víctimas, se hacían pasar por responsables de las inversiones y les confirmaban que el dinero estaba bloqueado, que era posible recuperarlo, pero que para poder desbloquearlo debían realizar un nuevo ingreso, en muchas ocasiones de una importante cantidad».
Las víctimas, al recibir este mensaje, solían aceptar ese nuevo ingreso y finalmente lo único que hacían era aumentar la cantidad de sus pérdidas.
Pero no solo eso: transcurridos unos meses los delincuentes se hacían pasar por falsos agentes de la Europol o por falsos abogados del Reino Unido: «Les indicaban que habían logrado recuperar su dinero y que lo único que faltaba era el abono de los impuestos correspondientes al país donde se encontraba bloqueado». Las víctimas volvían a picar y caían de nuevo en la trampa.
Una operación «muy compleja»
Los agentes han denominado la operación como «muy compleja» debido a la extensión mundial de la organización criminal y a la «gran cantidad de información a analizar», incluido un amplio catálogo de falsas identidades (en ocasiones una sola persona tenía más de 50) con las que operaban sus miembros.
La operación, en todo caso, continúa abierta, dado que «varias personas relacionadas con la trama han sido identificadas en otros países».
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